jueves, 7 de octubre de 2010

La Alcazaba

Cortados de la Alcazaba
La Alcazaba sería el cuarto recinto fortificado de Melilla la Vieja. Data de la segunda mitad del siglo XVIII, principalmente construido durante el reinado de Carlos III y significó la apertura al campo exterior de la antigua ciudad. Se abandonó el istmo (“el cubo”) y se amuralló un recinto en donde estaban las huertas y el cementerio de la ciudad. Además esta fortificación sirvió para proteger el entramado de galerías subterráneas que servían de salida al campo exterior y, al a vez, de protección contra las bombas. De hecho, en este recinto existen todavía hoy caminos subterráneos, en diferentes ramales de varios kilómetros de longitud, que parten de la Mina Real que, a su vez, tiene como origen el Primer Recinto, en la zona del Foso y Baluarte de Santiago.

Desde la Administración Local siempre se ha tenido como objetivo la habilitación de una de  estas galerías para su visita pública. En esto influye que muchos edificios construidos en la zona en los últimos años han cegado definitivamente, algunos tramos de la red. En la leyenda popular figura que eran tan largas que llegaban hasta el Monte Gurugú, ya en territorio marroquí.

Vista de la Alcazaba
En cuanto a su estructura, el Cuarto Recinto está enclavado en una colina, máximo nivel de la Melilla antigua, que tienen su cota más alta en la denominada en el pasado “altura del Cubo”. En su cima se halla el conjunto defensivo más importante, verdadera atalaya de la ciudad, formado por los fuertes de Victoria Grande y Victoria Chica y la Batería del Rosario. Desde allí desciende el recinto de forma amurallada (Plataforma y Fuerte San Carlos) lentamente hacia el llano hasta topar casi con el Río de Oro, que antiguamente tenía por ahí su cauce. La actual Avenida de Juan Carlos I, era el cauce del Río Oro. En ese extremo estaba el Fuerte de San Miguel que hoy apenas existe.

En ese espacio hoy ocupado por la carretera que asciende hacia la Alcazaba existía un paño de muralla que unía a éste último con el Tercer Recinto. Por el otro lado, la altura del Cubo limitaba con “la cortadura”, un corte en pleno acantilado, que impedía la entrada o salida al recinto por el litoral, y descendía con una muralla sobre el borde del barrio de la Alcazaba hasta llegar a la Puerta de las Cinco Palabras.


En el mes de junio de 2010, se abrieron al público dos nuevas playas (Horcas Coloradas) en esta zona. Subiendo por la carretera de la Alcazaba, y llegando a la parte más alta, se puede descender por los acantilados, donde se encuentran las playas nuevas y el nuevo Paseo Marítimo. Estas playas se han ganado al mar, lo que hace que sean un poco peligrosas, ya que el oleaje es fuerte y además como son de relleno, la arena no es tan fina como en el resto de playas melillenses. En las primeras semanas que se abrieron, la gente se apelotonaba en ellas a tomar el sol. Pero poco a poco se fueron quedando vacías. Como curiosidad hay que decir que uno puede estar tranquilamente en la playa y ver cómo pasa el barco de Melilla-Málaga en la distancia. Pues a los 10 minutos llega a la playa una ola que sube la marea y como te descuides te encuentras con la toalla y ropa mojada.

Playa de Horcas Coloradas
En la parte alta de estas playas se encuentra la incineradora, que de vez en cuando deja sueltos sus olores que llegan hasta la playa de Horcas Coloradas. También señalar que todos los acantilados de la Alcazaba en su momento se convirtieron en basurero de Melilla y antes de que montasen la incineradora aquello eran montañas de basura y escombros.

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