Boda en el patio

Estructura montada el primer día

Alucinado me quedé el lunes cuando veo que llega un camión al patio donde trabajo y empieza a descargar tubos, alfombras, lonas, sillas... Vamos todo lo necesario para montar una fiesta. Pero la historia no hacía más que empezar. Toda la mañana y tarde dando golpes y al final del día teníamos lo que era la estructura de una supercarpa ocupando todo el interior del patio.

Al día siguiente continuan las operaciones y hoy tocaba poner las lonas. Mientras lo hacía me acordaba de cuando subíamos al campamento a montarlo y necesitábamos estar 8 personas para montar el comedor de 90 metros cuadrados. Pues bien, aquí eran 3 personas para montar toda esta historia. Y no penséis que tenían mejores herramientas que nosotros, una escalera que ataban al poste para que no se cayera y las cuerdas atadas a la lona para ir tirando de ella.

Colocando las lonas

Una vez cubierto empezó el cambio del interior. Todo el suelo alfombrado, los laterales cerrados con telas. Telas colgando por el interior de una punta a otra, tapando los tubos... Otra jornada de trabajo y todo listo. En tres días, el patio se había convertido en una gran carpa de boda, con un espacio para cocinas, otro para almacenaje y por supuesto todo lo necesario para una boda moruna.

Todo terminado, y el jueves por la tarde empezó el movimiento de gente. Menos mal que esto ya sucedía cuando nosotros cerrábamos y nos marchábamos a casa. El viernes por la mañana tranquilidad en el patio y por la tarde continuó la fiesta con música hasta las mil y una. Y el sábado más de lo mismo, porque una boda moruna que se precie debe durar tres días como mínimo.

Preparando el interior

Para los que venimos de fuera, esto nos parece sorprendente. Para los que han nacido en Melilla, les puede parecer lo más normal del mundo. Pues a mí me sorprende todavía más, porque me recuerda las vueltas que dábamos nosotros para montar el comedor del campamento, que nos costaba un día entero. Eso sí, aquello no lo movía ni un tifón. Esto si les llega a llover, no sé dónde se hubieran metido.

Preparando los laterales