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Barrio del Real |
A partir del tratado hispano-marroquí de 1860, Melilla tenía la posibilidad de expandirse, desde el núcleo antiguo de la ciudad, hacia los llanos circundantes. Pero las acciones de guerra determinaron las condiciones de este crecimiento. Será la campaña de 1909, la que propiciará la creación de los barrios del Hipódromo y del general Real, y de que se constituyeran en barrios populosos, de artesanos y obreros. Será pues a partir de 1910, cuando de modo espontáneo y con una rapidez inusitada surjan estos barrios, veamos muy sucintamente su conformación.
Su trazado, como el de toda la ciudad de Melilla, será realizado por la Comandancia de Ingenieros. Sus calles son amplias, alineadas a cordel y en cuadrículo, siendo sus solares de 100 metros cuadrados, presentando a la calle 10 metros o 20 si hace esquina.
En 1914, contará con 836 casas (la ciudad tiene por entonces 3 046) y su población es de 5 407 personas.
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Pavimentado del Real en 1924 |
Para 1927-30, las viviendas serán 758, repartidas en 676 de planta baja, 66 de bajo y un piso, 15 de tres pisos y una de cuatro. La disminución respecto a 1914 puede deberse a una reagrupación de casas o a derribo de barracas insalubres. Y más o menos permanecerá de esta forma hasta hoy, construyéndose alguna manzana a la izquierda de la calle Mar Chica a partir de 1934, y en algunos casos elevándose la altura de los edificios.
A partir de 1930, se puede decir que la construcción estaba paralizada pues comienza una época de crisis profunda, destacando los pocos edificios construidos en estas fechas sobre los demás por su estilo peculiar.
Hay referencia de que trabajaron en esta zona, los siguientes técnicos: ingenieros Tomás Moreno y Rodrigo González, arquitectos Mauricio Jalvo, Francisco Hernánz y Eduardo Caballero; en fechas y estilos diversos.
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Barrio del Real |
Vemos como Enrique Nieto no realizó todos los edificios del barrio, es más, muchos de estos, inicialmente fueron barracas o casas de mampostería construidas por albañiles. Su mejora, o cuando se ampliaban y aumentaban en altura, suponía el añadido de un rico molduraje decorativo en las fachadas.
Para Bernard Campigneulle, la pretendida alianza entre estética y sociedad fracasó, pues "no sólo fue rechazada por las clases modestas, sino que ni siquiera llegó a influir en el gusto popular". Esta característica es sólo relativa en lo que respecta a la ciudad de Melilla, pues aquí sí hubo influencia modernista en el gusto del pueblo, como consecuencia de la labor de los talleres de yeseros. La ornamentación fue un elemento en el gusto de todos, y no sólo de la clase social que crea las condiciones adecuadas para que este movimiento aparezca: la burguesía.
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Pavimentación C/ General Villalba |
Sólo esta expansión en lo popular ha podido legarnos una cantidad de obras tan elevada en todos los lugares de la ciudad. Centrándonos en el Barrio del Real, hay que decir que la mayor parte de ellos están compuestos por una planta baja. La ornamentación se distribuye en la fachada y en menor grado en los interiores. Las primeras aparecen configuradas por una serie de molduras que se aplican a las paredes, veamos los elementos más característicos de esta decoración.
La fachada se corona con una balaustrada que sirve de antepecho a la azotea, ésta puede ser de varios tipos, así aparece la más corriente a modo de balaustre, y otros más interesantes de círculos con vegetales o entrelazados diversos. Inmediatamente debajo está la cornisa, moldura cóncava o convexa que como friso, recorre horizontalmente la parte superior de la fachada. Puede estar decorada, bien con hojas de acanto o flores como la rosa, bien con figuras geométricas o cuerdas anudadas de simbología franciscana.
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Barrio del Real |
Los vanos se enmarcan con molduras muy variadas tanto geométricas o lineales, como vegetales con ondulaciones. En otros casos pueden aparecer guirnaldas de flores, o bandas decorativas a lo largo de toda la fachada, o bien un típico almohadillado. Por desgracia los materiales empleados para las molduras no son nobles y la degradación afecta en gran modo a estos elementos. Así hay que señalar como más perecederos, las balaustradas, que compuestas en algunos casos por una estructura interna de hierro, lo que en un principio la sustentaba, hoy día la revienta al oxidarse este. En tres años se han perdido 8 balaustradas.
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Barrio del Real |
También fueron desapareciendo molduras, conforme se aumentaban en altura los edificios, o cuando los talleres desaparecieron y no era posible reponerlas. Las cornisas se mantienen en gran parte, y en un término medio de conservación podríamos considerar los enmarques de vanos, pues en muchos casos la atención y cuidado de los propietarios hacen que estos aparezcan hoy día en un estado perfecto, mostrando toda su belleza, ejemplo que por desgracia no es seguid por todos, como lo muestra la cifra de 21 enmarques que se han perdido desde junio de 1981 hasta 1985.
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Puente que unía el Barrio del Real y el Hipódromo |
Otros elementos embellecen estas casas. Así en puertas, barandillas y rejas de balcones, es muy corriente el hierro forjado, unas veces de tipo simple otras con ondulaciones. También puede aparecer con cerámica vidriada de vistoso colorido, que hace resaltar aún más, cualquier ornamentación, como en el caso de la calle Cataluña 14. Las casas de dos plantas o más, presentan una disposición parecida, pero los enmarques pueden variar de un piso a otro, y aparecen elementos decorativos en los portales. La proporción de casas con piso respecto a las que no lo tienen es de un 20% dentro de los edificios que presentan algún interés.
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