sábado, 20 de enero de 2018

Edificio Confitería El Gurugú

Edificio "Confitería El Gurugú" (Foto Barroso)
Situado sobre el solar 116 del Barrio Reina Victoria —hoy, Héroes de España— puede considerarse como el primer proyecto particular redactado por el arquitecto Enrique Nieto en Melilla. Incluso, podemos confirmar que es uno de los motivos principales de su residencia accidental en la ciudad, en 1910.

Tal aserto parte de lo que conocemos como la segunda llegada del Sr. Nieto a la urbe el mismo día 7 de diciembre de 1909, en que, por encargo de Manuel Buxedas Aupi, presenta la instancia, a la Junta de Arbitrios, solicitando el plano del emplazamiento del citado solar. El trazado referido, facilitado por el ingeniero de la institución que cumple las funciones de Corporación Municipal, se le remite siete días más tarde, para que comience el diseño de la futura edificación.

Pero será, sobre todo, a partir del certificado del Vocal Secretario de la Junta D. Emilio Mármol, donde se especifica: Que el vecino de Barcelona, Don Enrique Nieto y Nieto se encontraba accidentalmente en esta Plaza el día 12 del actual, hospedándose en el Hotel Victoria, cuando la hipótesis planteada, en un principio, tome cuerpo definitivamente.

Esquina calle Pareja
Informado favorablemente el proyecto de planta baja y piso, a 21 de enero de 1910, se le autorizará meses más tarde —enero 1911— su ampliación con un nuevo piso sobre la planimetría ya confeccionada. Las obras concluirán en ese mismo año, según reza la cartela numérica, orlada de flores, que remata el chaflán del inmueble. Asimismo, en marzo de 1911, se le autorizará a los Sres. Buxeda y Bregolat, la instalación de una tienda de comestibles y drogas en la calle Pareja.

La importancia del edificio radica más en lo ya expuesto que en los motivos ornamentales que enriquecen sus parámetros. Si bien, aunque estos reducidos al sinuoso movimiento del enmarcado y guardapolvos de los vanos, al escalonado pretil que remata la línea de cornisa, y a los herrajes preñados de sus balcones, marcan el análisis de la primera arquitectura del barcelonés en Melilla, diferenciándose, en cierta medida, de los lenguajes clasicista e historicismo ya asentados, en las construcciones civiles, por los ingenieros militares de la Plaza.

Sobre todo, destacamos la orla compuesta de tallos desorientados que, en su crecimiento, parecen escapar de las tramas ortogonales y en crucería —dispuestas en los ángulos inferiores— con hojas lanceadas que preparan el advenimiento de flores volumétricas que, conforme ascienden, van abriendo sus pétalos para que sobresalgan sus filamentos y anteras. Es la vida, la naturaleza en crecimiento, una de las premisas de la estética modernista. En su interior, los cuatro dígitos (1911) se entrelazan por su base a modo de roles, acompañando a la cifra, en todos sus trazos, en su ritmo ondulado.

Detalle de la fachada
La composición asimétrica anterior, contrasta con el pequeño detalle ornamental inferior donde prima lo axial. A modo de eje principal, los círculos concéntricos calados por las tres bandas, cortejados, a su vez y a medida, por hojas de acanto que se envuelven sobre sí mismas. Este patrón se reitera simétricamente, aunque pase desapercibido, en el marco superior de los batientes de las persianas de librillo que cierran las luces de los pisos del inmueble.

El pretexto, siempre recurrente en la localidad, de ir ganando altura por medio de las habitaciones en la azotea, queda patente en la configuración actual del edificio, el cual se ve muy desmejorado con el tapial adintelado que culmina la línea escalonada y mixtilínea del remate deprimido de su fachada.

Detalle de la fecha
Muy interesantes se podían considerar algunos detalles del interior de su planta baja: las vidrieras modernistas emplomadas —según el curso del dibujo—, el diseño de sus cancelas y listeles, el biselado de sus espejos y las tolvas del antiguo tostadero de café. Acondicionado, en los años ochenta por el diseñador D. Carlos Baeza, para la marca «Classic-Nouveau», se podía apreciar en sus composiciones la reinterpretación que parte y conserva lo ya existente. Hoy, dicha imagen ha desaparecido y sus partes más deslumbrantes quedan ocultas por expositores más modernos de la firma comercial «Mongos». En su chaflán, desde 1911, el «Gurugú».

A la derecha de la entrada —Prim, 10—, «Decoración Toñi Berenguer», donde, anteriormente estuvo «Lupe Pina». El interior del portal, conserva, en su caja de escalera, las ventanas con cristales de colores, pasamano de madera y forja de hierro para sus balaustres, donde destaca, en su centro, la flor de lis.

Molduras interiores
Muy relacionado con este inmueble, en cuanto a tipo decorativo —en fachada— se refiere, tenemos el ubicado en la calle José Antonio Primo de Rivera, 5. El proyecto, redactado por el arquitecto en abril de 1910, con planta baja y piso —hoy una planta más—, para D. Pedro Ballesteros Lara, contaba en sus recreados con un diseño diferente, pero en la misma línea compositiva, optándose, finalmente, por las molduras utilizadas en el edificio anterior, si bien resaltando la dovela-clave de su arco adintelado.

En esta ópera prima del Sr. Nieto en Melilla, se atisba, eso sí, con un mínimo repertorio en su exorno, su ecuación personal entre lo volumétrico y lo lineal que no tardará mucho en llegar y que caracterizará los más bellos ejemplos de su «re.edificatoria» en la urbe.


Salvador Gallego Aranda  - Enrique Nieto: Un paseo por su arquitectura

2 comentarios:

  1. Sabeis los cambios de titularidad posterior a Manuel Buxedas, que fallece en Barcelona en setiembre de 1936?
    Tiene una hija que fallece en barcelona en 1963

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    Respuestas
    1. Su esposa, Ángela Graupera, es considerada la primera mujer española que fue corresponsal de guerra.

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