Casa Lázaro Torres |
En la misma manzana que el inmueble Miguel Gómez Morales, se levanta este edificio entre medianerías, con fachada a la calle García Cabrelles, proyectado en febrero de 1928 por el Sr. Nieto, para el contratista de obras D. Lázaro Torres.
Este notable constructor que comienza su actividad profesional a principios de los años veinte, va a contar entre sus obras más significativas con la fábrica de harinas de Beni-Enzar, el colegio israelita, la Sinagoga de Yamín A. Benarroch —ya aludida— y, como no, la presente edificación de su predio.
El 6 de abril de 1929, reconocida la casa de planta baja y tres pisos, se librará el informe favorable, por parte del arquitecto municipal D. Mauricio Jalvo Millán, para la oportuna baja en el arbitrio de vallas y la concesión de la licencia para su habitabilidad.
El diseño del proyecto, destinando los bajos para fines comerciales y los superiores para viviendas, parte del modelo de la Casa Heribert Pons en Barcelona —Rambla de Cataluña, 19 y 21— del arquitecto D. Alexandre Soler March (1907-1909), que según Cirici, es el paradigma del modernismo secesionista. Derivación del anterior ejemplo es, también, el proyecto de D. Javier Goerlich Lleó (1914) para la casa Barona en Valencia —Marqués del Turia, 70—, donde la reiteración del prototipo del Sr. Soler sigue desvelando el repertorio formal centroeuropeo.
La reinterpretación del Sr. Nieto se basa, formalmente, en la introducción de un gran mirador curvilíneo que abarca el paramento central de los dos primeros pisos, dando espacio al voladizo de la última estancia, que remata y singulariza al inmueble, por medio de una balaustrada —hoy remozada—, en la misma línea del antepecho de azotea de las secciones laterales.
Detalle de la fachada |
En él, destaca, por un lado, la disposición —ya clásica— de los listeles de su carpintería y cristales polícromos, por otro, la novedad en el dibujo de sus balaustres, pero, sobre todo, en los rostros de los efebos que, con sus coletas ensortijadas y el cuello engalanado por un doble collar de perlas, resaltan las claves de los arcos —carpanel apainelado— quedando enmarcados por una orla de festones de tulipanes y cintas que enlazan con la hoja de acanto de sus ménsulas extremas.
Las grandes pilastras adosadas o contrafuertes que dividen los paramentos y los entrepaños —de azulejos— reflejarán en su desarrollo, la disposición incisa de tres líneas apaisadas y tres verticales —en su tercio superior— y, resaltadas en su caja, un encintado de círculos y hojas de laurel —en sus tercios inferiores—, culminando sus terminaciones en pináculos coronados, donde se asientan cúpulas bulbosas rematadas con agujas, en las centrales, y bolas en las extremas.
Entre los más elevados servirán de enlace, enriqueciendo su pretil, los herrajes —hoy inexistentes— de círculos concéntricos evolucionados en bandas tripartitas que invadían, relacionándolos, los intermedios de las claves resaltadas de su terna de vanos superiores, donde el motivo central apunta el eje de simetría del edificio.
Motivos ornamentales |
En las calles laterales, su cerámica epidérmica —verdosa y brillante—, se conjuga con el recercado de las luces que se prolonga del primer —vanos quebrados, con cinta, festones y guirnaldas, en su prolongación— al segundo piso, rematándose en un arco semicircular que, radialmente, dispone sendas ternas de petunias, separadas por la resaltada clave que sirve a su vez de ménsula, con motivo ornamental de hoja de acanto —que se repite en las repisas laterales—, a la línea de cornisa.
Su planta baja, muy reformada —actualmente, «La Ciudad de Valencia», anteriormente «El Caracol», a la izquierda del portal y, a su derecha, «Triángulo» y un vano expositor de la casa anexa «Vicente Martínez»—, cuenta en su abertura central con el diseño prístino del proyecto, del que han quedado mermados los dos pilares de capitel floral como preludio de una hojarasca engarzada, donde se inscribe el número identificador —primitivo «3», hoy oculto— de la vivienda.
El portalón de acceso a las viviendas se compartimenta en dos hojas con remate semicircular, con una pareja de hendiduras elípticas que cobijan una flor cuadrática. Encima de ellas, el portal se airea en la curvatura de unos herrajes con perfiles de jarrones que custodian en su interior corazones invertidos. Más arriba, cerrando el vano, el marco curvilíneo acristalado por medio de listeles ortogonales. Madera, hierro y vidrio se conjugan en un mismo elemento separador de lo público y lo privado.
Repisa lateral |
Cuenta, asimismo, con la firma pétrea del autor utilizando el mismo diseño planteado para el edificio del Dr. Gómez Morales, en la calle Lope de Vega 6 y se reitera en el siguiente inmueble que analizamos que es, a su vez, medianil. Nos referimos al denominado como «El Acueducto».
A estas alturas, finales de la década de los veinte, estamos hablando de la longevidad y vigencia de un estilo que, sin llegar a abandonar la urbe, irá enriqueciendo, sin solución de continuidad, un repertorio formal y estructural ya asumido —clásico, histórico, exótico y modernista— y por aprehender —costumbrista, esquemático y racional—.
Salvador Gallego Aranda - Enrique Nieto: Un paseo por su arquitectura
Salvador Gallego Aranda - Enrique Nieto: Un paseo por su arquitectura
Estimado Roberto Juárez: me halaga que utilices mis contribuciones pero te agradecería que pusieras la fuente original de donde las sacas, pues son transcripciones literales de mi libro "Enrique Nieto Un paseo por su arquitectura. Atentamente. Salvador Gallego Aranda
ResponderEliminarHola,por favor me gustaría saber más de lazaro Torres si me podríais ayudar ,pues creo que fue mi abuelo y no tengo casi información de el y la cual me gustaría, muchas gracias.
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