Los solares sobre los que hoy se asienta el Cine Nacional —190, 191 y 192 del Barrio Reina Victoria— quedarán desiertos en las licitaciones de 1910, debido a su desfavorable ubicación con respecto a la arteria principal de la urbe —actual Avda. de Juan Carlos I Rey—. Dos años más tarde, y de forma provisional, se cederán en usufructo a D. Isidro Ribas Pujol y D. Antonio Carbonell Pages, para la instalación de un skating rink (pista de patinaje)-bar y cinematógrafo.
Proyectado por el Sr. Nieto, con fecha 25 de septiembre de 1912, será autorizada su construcción el día 8 del mes siguiente, siendo concluido, a finales del mismo año, con la denominación de «Salón de Recreo Kursaal» —patinaje, atracciones, deporte y café— y dedicando la función de apertura á beneficio de la Comisión Central de la Cruz Roja Española de esta Plaza (sic), cuya inauguración tendrá lugar el 23 de diciembre de 1912.
Este barracón de madera con carpintería interior de diseño vienés, dará paso al trazado pétreo que dignificará su estilo, en el proyecto de «Cine Kursaal» que redacte, en diciembre de 1929, el arquitecto barcelonés para el empresario D. Rafael Rico Albert —y Sr. Rojo—. Los planos, informados favorablemente por el arquitecto municipal Sr. Jalvo y revisados por la Comisión Visitadora de Espectáculos Públicos —4 febrero 1930—, serán autorizados por la Comisión Permanente de la Junta Municipal, en sesión de 20 de febrero de 1930, comenzándose el derribo del anterior «Salón Kursaal» el 19 de mayo del mismo año.
No llega a diez meses el tiempo de ejecución de las obras, en las que participarán activamente, bajo la dirección del Sr. Nieto, el contratista D. Pedro Martínez Rosas, los talleres de escultura y ornamentación de D. Vicente Maeso y de carpintería y ebanistería de D. Adolfo Hernández, que se inaugurarán el 31 de octubre de 1930.
Cinco años más tarde —noviembre de 1934—, bajo el trazado del arquitecto, se procederá a completar las instalaciones de exhibición existentes, con la construcción de un escenario que permita la representación, en su caso, de funciones teatrales. Las obras se desarrollan en el solar 190, que linda con la Cámara Oficial de Comercio, y que sería solicitado —8 febrero 1915— por su presidente Sr. Vallescá, para la ampliación del Museo Comercial —instalado en los bajos del 189—.
El «Teatro Kursaal» quedará constituido por tres plantas —800 y 400 butacas—, situando su ingreso en la calle Cándido Lobera —con las taquillas a los lados—, por donde se accederá al vestíbulo que dará paso, directamente, al patio —con final en el proscenio y orquesta— y, por las escaleras laterales, a los anfiteatros superiores.
En el primer piso se instalará, hasta la construcción del escenario, la cabina, con entradas laterales al anfiteatro que situará, en sus brazos extremos, la línea de palcos. Su antesala cobijará el foyer —vestíbulo—, los servicios y, separado por rejería central, el «ojo de patio» que ofrecerá la visual del recibidor de su planta baja. El segundo anfiteatro, de igual distribución, albergará la contaduría y dará fin, en su superficie central, a la visión del foyer inferior.
De su fachada principal, destaca el gran ventanal abalaustrado de la sección central con terminación curvilínea, donde quedaba cobijado, entre estrellas, el nombre de «Cine Kursaal». A sus lados, pilastrones con acanaladuras geométricas, círculos y estilizaciones vegetales, rematados en los piramidiones centrales —hoy desaparecidos— de su cornisamiento.
Señalar, también, las enormes molduras de las puertas —junto a la de la derecha se asienta la cartela—, que relacionan los dos primeros pisos, así como la unión del recercado para las luces de las plantas superiores. Su composición recuerda a la elaborada para el «Teatro Apolo-cine Losada» —en la calle Paz Novoa, Orense—, en febrero de 1926, por el arquitecto D. José Antonio Lorenzo Vargas —inaugurado en 1928—.
La fachada lateral muestra el primer proyecto en
su tramo inicial, y la ampliación subsiguiente, en el
posterior, compensando su fisonomía apaisada, en la
verticalidad de sus elementos estructurales, que permite
definirlo dentro de la tipología de los nuevos «Templos oscuros» del siglo XX.
A las reformas llevadas a cabo, del 20 de junio al 27 de octubre de 1951, le sucede, después de la realizada en 1969, actualmente, el Proyecto de Ejecución de las Obras de Ampliación, Remodelación y Restauración del Teatro «Kursaal-Nacional» de Melilla, del arquitecto Dr. D. Rafael García Diéguez —planimetría a 8 de enero y memoria técnica en marzo de 2008—, con un presupuesto de 6.418.738’94 euros, promovido por la Consejería de Fomento de la Ciudad Autónoma, una vez adquirido el inmueble a su último propietario D. José Pérez Hurtado y adjudicadas a la empresa almeriense Jarquil.
La polémica política y técnica, de su adquisición y reforma, se ha visto aliñada con la aparición de restos humanos —octubre 2009—, finalmente, como nos informa el periodista Alfonso Núñez, en palabras del Sr. Marín, «sin interés arqueológico».
Salvador Gallego Aranda - Enrique Nieto: Un paseo por su arquitectura
Estimado Roberto Juárez: me halaga que utilices mis contribuciones pero te agradecería que pusieras la fuente original de donde las sacas, pues son transcripciones literales de mi libro "Enrique Nieto Un paseo por su arquitectura. Atentamente. Salvador Gallego Aranda
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