Parque Hernández |
Empezó a esbozarse a finales de los 90 pero no tuvo su proyecto definitivo hasta 2004 y supuso una inversión inicial de más de 5 millones de euros.
Su gran superficie, de unas doce hectáreas, lo convierte en un auténtico pulmón urbano, con más de 200 especies de plantas distintas, cuyo número crece progresivamente.
Pero, además, es mucho más que un Parque con lagos, zonas infantiles, de descanso o lugares de reunión. con la inclusión en su recinto del Centro de Interpretación Ingeniero Ramón Gavilán que alberga un interesante Museo de Fósiles, y la Granja Escuela Felipe VI, dedicada a la terapia y el aprendizaje, conforma un conjunto mucho más completo y de posibilidades versátiles, entre las que se incluyen, por ejemplo, la creación de zonas de huertos que actualmente cultivan los beneficiarios de la Residencia de Mayores.
Parque Juan Carlos I |
Sin embargo, el Parque Forestal no es el único que tenemos en Melilla. Junto a él, nuestro histórico Parque Hernández también fue objeto de una amplísima remodelación inaugurada en diciembre de 2010, que permitió sanearlo al completo mejorando notablemente el estado de su flora.
Y junto a ambos, el Parque Lobera, objeto de actuaciones a lo largo de estos años pero que actualmente cuenta con un nuevo proyecto que permitirá no solo rehabilitarlo, sino convertirlo en el gran céntrico parque de primer orden que merece ser.
Especial mención merecen los Jardines del Agua, integrados parcialmente en nuestro litoral y de próxima prolongación visual con las obras en marcha en la desembocadura del Río de Oro.
Todo en beneficio siempre de una Melilla que, a pesar de su extremo crecimiento poblacional en estos últimos años (casi 20.000 habitantes más en 20 años) ha sabido conservar sus principales pulmones, crear el gran Parque Forestal y apostar también por preservar y mejorar nuestro Medio Ambiente.
Melilla, mirando al futuro
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