sábado, 20 de mayo de 2017

Iglesia del Sagrado Corazón


Iglesia del Sagrado Corazón
Historia
Esta iglesia situada en la plaza Menéndez Pelayo, se eleva como baluarte de la fe cristiana en pleno centro de la ciudad de Melilla. Según “El Alminar de Melilla” fue la primera iglesia construida fuera del recinto amurallado de Melilla La Vieja ya que hasta la fecha de su construcción, sólo existían capillas en los recintos exteriores o en las sedes de los regimientos militares.
La construcción pasó por varias fases de avance y retroceso ya que por falta de fondos sus obras se interrumpieron en diversas ocasiones teniendo que desandar lo andado, es decir, derribar para volver a construir. Según las fuentes históricas de la Diócesis de Málaga, el 8 de diciembre de 1901 se puso la primera piedra de esta iglesia, llamada en un principio la Iglesia del Llano, en terrenos cedidos por el municipio.
Su promotor en primera instancia fue el vicario D. Eduardo Alvendín Carrasco, el cual obtuvo los fondos de la venta de unos huertos situados en el Mantelete exterior (zoco del centro de la ciudad), propiedad de la Iglesia, así como de rifas y festejos organizados al efecto, y de la recaudación por parte de los subscriptores y de los cuarteles militares.
Sin embargo, este compendio de recursos económicos no fue suficiente y debido a que la campaña de 1909 interrumpió las gestiones de las colectas, las obras de la iglesia, que hasta ese año se realizaban a trompicones debido a la irregularidad de la financiación, se paralizaron por completo.
No fue hasta el 5 de febrero del año 1912 que gracias a las constantes gestiones del nuevo vicario D. Miguel Acosta el Ministerio de Gracia y Justicia emitió una Real Orden por la cual se aprobaba el proyecto de finalización de las obras de la iglesia, concediéndoles 30.000 pesetas para ello.
Plaza Menéndez Pelayo
Sin embargo, como indica el archivo de la Diócesis de Málaga, el presupuesto de dichas obras era de 240.000 pesetas y aunque se derribaron las ruinas de la primera obra (previa a 1909) y se volvió a edificar desde el principio (en mayo de 1913), la falta de recursos volvió a detener las obras durante cuatro años más.
Al fin, en mayo de 1917 se hizo una Ley por la cual se concedió un crédito para acabar la obra bajo la dirección del arquitecto diocesano D. Fernando Guerrero Strachán. Las obras se iniciaron el 14 de julio de 1917 y se inauguró definitivamente el 19 de mayo de 1918 con la asistencia del Obispo de Málaga, D. Manuel González García. La Navidad de ese mismo año, la iglesia del Sagrado Corazón de Jesús fue bendecida.
La ornamentación de la iglesia fue gracias a la creación de un patronato de damas y mujeres de altos cargos que recaudaron fondos llegando a la cifra de 1.150 pesetas (un 20% de lo donado por el Estado). Entre dichas mujeres se encontraba Sofía Martín Pinillos (esposa del general Aizpuru) como presidenta de dicho patronato, y Francisca Peré (esposa del alcalde Cándido Lobera) como tesorera. La donación más importante fue la de la entonces reina de España, Victoria Eugenia, que donó la cantidad de 1.000 pesetas.
Apenas unos días antes de la inauguración de la iglesia, se colocaron tres grandes lámparas y los dos altares menores, así como el Altar Mayor y el recubrimiento de la imagen titular con una artística hornacina, de las que apenas se conserva algún vestigio. Dichos altares eran de madera esmaltada en blanco imitando al mármol.

Sic transit gloria mundi
Iglesia del Sagrado Corazón
La gloria del mundo pasa demasiado rápido y ahora sin llegar al centenario de su edificación, sólo nos quedan los archivos y las imágenes para relatarnos la historia de esta iglesia. En aquel entonces los generales Aizpuru y Monteverde recibieron al Obispo en el muelle haciendo los honores el Regimiento de África. Melilla comenzaba a extenderse fuera de las murallas del casco antiguo y la inauguración de esta primera iglesia “del llano” como la denominaba la prensa en aquel entonces era todo un acontecimiento.
En palabras del Obispo, según “El Alminar de Melilla”:
“[...] La emoción me impide expresar lo que siento, pero confiad en mí, soy obispo de muchas iglesias abandonadas, de muchas iglesias en cuyo camino ha crecido ya la hierba y prometo trabajar con fe y entusiasmo para que cese ese desidioso estado, los templos son escuelas de conciencia y he de procurar que no perdure el abandono del que os hablaba [...]”
Después de la inauguración y de la visita del Obispo, éste permaneció en Melilla realizando diversos actos y visitas. El primer bautizo realizado en esta iglesia, fue de una niña llamada María hija de Manuel Núñez.
El resultado final del templo realizado por D. Fernando Guerrero Stracham, contaba con una estructura de ladrillo al estilo románico, con una superficie de 500 m2 y capacidad para 2.000 personas.

La intervención de Enrique Nieto
Iglesia del Sagrado Corazón en la actualidad
Años más tarde, en 1927, fuertes temporales de agua y viento azotaron la ciudad de Melilla. Estos temporales provocaron destrozos en toda la ciudad y especialmente en la iglesia. Aquí es donde interviene Enrique Nieto, discípulo de Gaudí y autor de muchas obras y proyectos modernistas en la ciudad.
Su cometido fue reparar la aguja de la torre y las grietas que se produjeron en la base de la misma.

1989, la ruina de una iglesia
Tal y como profetizó el Obispo, la iglesia del Sagrado Corazón en el año 1988 se encontraba en un estado deplorable, su estructura se caía a pedazos. Las campanas dejaron de sonar y se imitaba el sonido mediante megafonía. Además del deterioro de los años, se suma el efecto de la iconoclasia que arrasó con todos los ornamentos del templo en el cual incluso dejaron de funcionar las lámparas.
Gracias a la amistad de Mohand Moh Mohatar con el vicario D. Santiago Martínez, se pudo restaurar la iglesia.
Mohand Moh Mohatar, hombre que no ha recibido apenas ningún reconocimiento, aportó once millones de pesetas en 1989. Con ese dinero se pintó la iglesia y se renovó la instalación eléctrica, se repararon y barnizaron los altares, tronos y mobiliario, y lo más importante, se construyó el Sagrario situado a la izquierda del Altar Mayor.

Restauración de la fachada en 2004
Lateral de la Iglesia del Sagrado Corazón
Con el paso del tiempo y debido a diversos factores, de los cuales el más importante es la meteorología, se ha restaurado la fachada de la iglesia para que esta luzca su mejor cara.
Concretamente en 2004, la Fundación BBVA colaboró en la restauración de dicha fachada. El 4 de mayo de 2004, tal y como se indica en la nota de prensa, el presidente de la Ciudad Autónoma de Melilla, Juan José Imbroda, acompañado por la Consejera de Cultura, Simi Chocrón se reunieron en la sede de la presidencia junto con el director de la Fundación BBVA, Rafael Pardo.
En dicha reunión se dio inicio oficial al convenio de colaboración suscrito entre ambas instituciones, lo que implica una financiación de 200.000 €. Estaba previsto que gracias a esta aportación, los trabajos de restauración de la fachada se realizaran en el plazo de un año aproximadamente.
Este proyecto se incluye en el Plan para la Conservación y Rehabilitación del Patrimonio de Templos y Conventos de Melilla de la Consejería de Cultura de Melilla. También se enmarca, en la parte correspondiente al Grupo BBVA, en su ámbito de actuación de Responsabilidad Social Corporativa.
La por aquel entonces sede de la Vicaría de Melilla y Parroquia del Sagrado Corazón de Jesús, aún vería en los años venideros más restauraciones ya que esta iglesia de estilo neorrománico es sin duda alguna una de las más populares de Melilla.

Restauración del chapitel en 2011
Retirada del antiguo chapitel
En agosto de 2010, la Ciudad Autónoma y el Obispo de Málaga firmaron un convenio de colaboración por el cual se decidió iniciar las obras de rehabilitación del chapitel. El anterior tuvo que ser retirado en abril de 2009 debido al deterioro que sufrió como consecuencia de un temporal del viento, según cuenta Diario Sur.
La tan esperada restauración del chapitel se realizó a mediados de 2011 con un coste de 230.000€.
Estas obras de restauración no fueron nada sencillas, tal y como se espera de cualquier restauración de elementos que combine altura y dificultad de acceso. La restauración del chapitel incluyó la instalación de un aplacado de plomo de 2 mm de grosor por parte de “Zetaene S.A.”
Chapitel en los talleres de Zetaene para ser recubierto
Además de los problemas estrictamente técnicos, dicha empresa se encontró con la dificultad que comportaba trabajar fuera de la península, por lo que a efectos de la realización de los trabajos tuvieron que planear una excelente coordinación entre la ejecución, el transporte de materiales y la dirección de la obra.
Otro de los hándicaps de esta restauración, fue la fisionomía del propio chapitel. Una aguja a ocho caras con un elevado número de piezas de diferente medida entre sí en proporción a la superficie de la cubierta.
Ventana forrada de plomo
Las bandejas de plomo que cubren el chapitel así como el forrado de las ventanas de madera y del pináculo superior se realizó en los talleres de carpintería de la empresa mencionada previamente. Un trabajo que fue enviado desde Málaga, ciudad de donde provenía el convenio de colaboración, para luego ser enviado a Melilla.
La instalación del planchado de plomo se realizó directamente sobre la estructura metálica del chapitel que se encontraba situado al pie de la iglesia.

Pináculo finalizado con el recubrimiento
Es muy conocido el color que adquiere el cobre, utilizado sobretodo en la construcción de cubiertas, ya que al oxidarse se produce carbonato de cobre y le da al material un color verde inusual que destaca por encima del resto de la construcción. En este caso, el plomo, debido a la acción del salitre de las relativamente cercanas aguas marinas, adquirió un color oscuro (prácticamente negro azabache) que hace pensar a aquellos que observan la iglesia que podría tratarse de un chapitel de pizarra.
Nave central y Altar mayor

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