Casa Basilio Paraíso (actual) |
En su diseño resaltará la valentía del técnico, derivada de una libertad de acción promovida por la entidad de su prócer, el ilustre aragonés D. Basilio Paraíso. Presidente de la Cámara Oficial de Comercio de Zaragoza y alma de la Exposición Hispano-Francesa de Zaragoza (1908), el cual se nos revela como uno de los prohombres de la nación más esperanzados en la proyección económica de la ciudad. Consecuencia de ello es su visita, a mediados de marzo de 1910, a la ciudad, cuyas sensaciones no puede ser más favorables: He quedado agradablemente sorprendido de esta plaza que nace a la vida del progreso. Yo me la imaginaba más pequeña, menos vigorosa, con menores vitalidad y energías. Su porvenir será brillante, si todos laboramos a esa obra nacional, si el gobierno le da el necesario impulso y las fuerzas vidas del país lo secundan (sic).
De tal suerte se levantará sobre una superficie de 200 m² que abarca los solares 71 y 72 del Barrio Reina Victoria —concedidos al zaragozano, el 17 de marzo y autorizada su construcción el 21 de noviembre de 1910—, constituyéndose en el primer edificio de cinco plantas en Melilla y, por ende, en el máximo exponente del modernismo arquitectónico de la ciudad, cuya rúbrica pertenece al arquitecto catalán.
Proyecto inicial |
Concretamente en el bajo se instalará, desde el 10 de mayo de 1914, el Centro de Cultura Popular —Presidente, Capitán de Estado Mayor D. Fernando Redondo— y los Sres. Duch y Robeda «La Vienesa» —Grandes talleres de ebanistería y primera fábrica de muebles establecida en la ciudad— y, a partir de 1916, la firma comercial de D. Jaime Roldós que ostentará la delegación y representación, en el protectorado español y francés en Marruecos, de la Compañía General de Asfaltos y Portland «Asland», especializándose en todo tipo de materiales de construcción.
El resto del alzado será, también, de composición simétrica. El cuerpo central, cortejado por los cierres, distribuye en sus tres primeros pisos, bajo un fondo de sillería remarcada, los voladizos conjuntados de sus ventanas por medio de composiciones florales repetitivas y envolventes. La arcada de conoidales, del último estadio, entre vanos —esgrafiados— y luces custodiadas por medias columnas, enlaza a través de un friso de roleos vegetales, y los sobrepasa por herrajes geométricos secesionistas, para llegar al perfil de azotea, donde se asienta el tocado de guirnaldas y festones en el trencadís de sus cornisas.
Vidrieras interiores |
En este edificio, la balanza del modernismo se seguirá inclinando por la interpretación natural aparente, pero se nos revela ya el esbozo del esa estilización geométrica que busca su combinación y su espacio para, en un breve lapso de tiempo, convertirse en la piedra angular que fundamente una nueva orientación estilística en su carrera y llegue a definirle en la mayoría de sus obras.
Otras empresas e inquilinos ilustres serán: D. Gabriel de Torres Saldaña —«Café Central» (1914)—, D. Gerardo de la Puente —Comisiones y representaciones (1915) y Concesionario de la Ford desde 1914 (1927)—, los médicos: Sr. Roncal —garganta, nariz y oído (1914)—Sres. Marina y Lozano —genitourinario y piel (1925)—, D. Juan A. Vivancos —oculista (1929) y especilista en partos (1932)—, D. Miguel Gómez Morales —Pediatra (1944)—, Sr. Amieva —cirugía, vías urinarias y difteria (1927-1930) Jefe del equipo quirúrgico cirujano de los Hospitales Pages y Cruz Roja—, Sr. Atienza —garganta, nariz y oídos (1931)— Dr. Reyes Moreno —corazón y vías respiratorias (1933)—, «Manuel Campos Domínguez S.A.» —sucesor del Sr. De la Puente, agente oficial de Citroën (h 1933-h 1983)— y, en su última etapa, «Séptima Avenida» y «Michelín».
"Pata de elefante" |
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