sábado, 8 de septiembre de 2018

Edificio de A.CO.ME (Asociación de Comerciantes de Melilla)

El inmueble, ubicado en el solar 143 del antiguo Barrio Reina Victoria, comenzará su dossier edificativo con la asignación de su superficie, el 23 de octubre de 1907, a D. Antonio Cortiles Basalga, activándose el proceso de construcción de una casa de planta baja y principal, al concederse la autorización pertinente el 7 de marzo de 1908. 
En el edificio se establecerá el comercio de D. José Frescó «París Elegant», ocupando la planta baja y el primer piso para almacén, tienda y salón de pruebas, que se situará en el principal. Esta gran casa de modas especializada en trajes de baile y 
teatro ofrecerá, entre otros, un gran surtido 
de novedades y confecciones francesas. 
En su planta de azotea se ubicarán dos viviendas extremas, adicionadas al proyecto primitivo, una de ellas para la portera, así como la instalación del lavadero y los servicios comunes que serán reformados, en junio de 1929, a petición del Sr. Frescó. 
La autoría de D. Enrique en la reforma que se llevará a cabo en el edificio a partir de 1935 se deduce, dada la ausencia de documentos principales, de la nota adicionada al examinado del proyecto por el técnico municipal —Sr. Nieto—, enviándolo a la revisión del arquitecto D. Francisco Hernanz, debido a la lógica incompatibilidad de visar su propio trabajo. 
Autorizada la construcción de dos nuevas plantas —222 m2.— y una en la azotea —177 m2.—, las obras llegarán a su fin a mediados de marzo de 1936, aprovechándose el reconocimiento favorable de las mismas para solicitar, por parte de la Sra. Botella, la adición de unos cuartos en la azotea —40 m2.— que, asimismo, proyectará el Sr. Nieto. 
En la fachada, compuesta simétricamente, resalta, en su planta principal, un gran mirador curvo, de amplia luz rebajada, que refuerza su cristalera por medio del cruce perpendicular de sus listones en su tercio superior, entrecruzando sus listeles en su medio. Dos pequeños placados romboidales exornan el paramento liso de la miranda que se remata por un antepecho abalaustrado, cuyos perfiles vienen dados por sus huecos. 
De seis vanos por planta, resaltan su clave en la sección central, mientras que en sus superiores se quiebran de manera escalonada. La rejería de los balcones, corrida en su último cuerpo, destaca su diseño en los pisos inferiores, con una serie de elipses que se enmarcan por medio de cintas onduladas. 
En el cuerpo central sobresalen, asimismo, las dos grandes pilastras de tres fustes superpuestos, en disposición escalonada, que culminan en capiteles jónicos que permutan sus volutas en espiral, por cuadráticas grecas que se apoyan en baquetones cilíndricos que les sirven de repisa. Es interesante cómo el arquitecto acomoda y camufla en lo posible, tanto en ésta como en otras obras, el tubo de la bajante al perfil de dicha estructura. Del portalón de entrada, se resalta la aldaba y las figuraciones seriadas en madera e hierro que explican el cambio generacional a nivel estilístico.
 Lo más atractivo del alzado son los miradores laterales que dan volumen al conjunto, pasando de su base trapezoidal a la rectangular con un acusado dinamismo que se remata en las inflexiones de sus pináculos, donde aparecen los tres círculos a plomo y placados de escayolas con frondosas estilizaciones vegetales, enfilamientos de cuerpos cónicos y círculos seriados entre grandes cuñas, que constituyen el exorno dialogante de ambas tribunas. 
La estructura compositiva del inmueble responde a lo aprehendido en la fusión de dos proyectos tan significativos en la obra del arquitecto catalán D. Eduard Ferrés Puig, como son la Casa Ferrer Vidal (1914-1916) —en el Paseo de Gracia, 114— y la Casa de Ignacio Coll (1912) —en la Gran Vía de les Corts Catalanes, 461—, en Barcelona. 
La datación de estos edificios, así como su adscripción al modernismo más avanzado o de tendencias claramente secesionistas, nos relacionan, de nuevo, la continuidad simplificada del diseño vienés y su más que posible homologación a las geometrizaciones acusadas del art déco. Es el trasvase compensado, sin estridencias marcadas, en la evolución estilística del arquitecto barcelonés. 
Hasta hace un año, aproximadamente, tenía, en la planta principal izquierda, su sede social A.CO.ME. (Asociación de Comerciantes de Melilla) y, anteriormente, a la derecha, «Seguros La Equitativa» —Delegado para Melilla, D. Lucas Calderón—, «Algodi» y «Sanitas». En fechas más recientes, «Yamina» —Moda De Alta Costura Marroquí— y, actualmente, entre otros, los despachos de las procuradoras Dña. Cristina Cobreros Rico y Dña. María Concepción Suárez Morán —Decana del Colegio de Procuradores de Melilla—. A la misma altura, «Publicidad ELI» del Sr. Erades en sus inicios, continuada por D. Laureano y D. Emilio Folgar, y Dña Mª Inés Erades Pina, y, en el segundo, en la década de los sesenta, la consulta del ginecólogo D. Justo Sáncho Miñano. 
En sus bajos, «Futuro’s» (anteriormente, «Elisia-regalos» y, más alejada en el tiempo, la «Mercería Rosita», regentada por D. Sebastián Abad —antiguo empleado de «La Giralda»—) y «La 15», recientemente sustituida por «United Colors of Benetton» (2002). En la entrada, aún se conserva el cartel anunciador de «ELI publicidad» —diseño de Tovar— y, en el interior del portal, se situaba la «Administración de Lotería nº 2». 

Salvador Gallego Aranda  - Enrique Nieto: Un paseo por su arquitectura

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