sábado, 28 de julio de 2018

Ayuntamiento - Palacio de la Asamblea

El antiguo Palacio Municipal —hoy, de la Asamblea— es, sin lugar a dudas, la obra magna del arquitecto. En él, a modo de compendio, se dan cita las conclusiones estilísticas de un gran período de su trabajo, de asimilaciones figurativas y de proyecciones formales compensadas. Es el punto y aparte que seguirá al gran párrafo del modernismo floral con predominancias secesionistas, que, partiendo del Art déco, y sin solución de continuidad, lo conducirá finalmente al racionalismo. 
En el expediente edilicio del Consistorio se aunarán las ilusiones de distintas formaciones sociales y sistemas administrativos, desde la prístina Junta de Arbitrios, hasta su constitución definitiva en Ayuntamiento —pasando por la Junta Municipal—, en la búsqueda de un espacio y alzado preeminente que defina el buen gobierno de la ciudad. 
Cerca de cuarenta años de trámites y vicisitudes que comienzan para nosotros con la convocatoria, en diciembre de 1929, del concurso de proyectos para su ejecución —presupuesto inicial: 2.100.000 ptas.—. El dictamen emitido y decretado, en octubre de 1930, declarará desierto el primer premio, si bien se concederán tres segundos a las propuestas presentadas por los Sres. Ferrero y Fernández —neomusulmán—, Sr. López —ecléctico—, y Sres. Barroso y López Delgado —racionalista—. 
Lo inadecuado de la fusión de esta terna de proyectos en uno sólo, con el condicionante de su adecuación a un estilo predeterminado, motivará el proyecto reformado del Sr. Nieto, iniciado en 1932 y firmado el 30 de junio del año siguiente —alzado principal—, que dará como resultado la confección de un trazado completamente nuevo para el edificio, aprobado en la sesión plenaria del día 12 de enero de 1934. 
La ejecución fallida de la adjudicación de las obras mediante concurso público, dará paso, en mayo de 1935, a ejecutar el inmueble por el sistema de administración, comenzando los trabajos dos meses más tarde y viéndose paralizados por el inicio de la contienda nacional. La valoración del arquitecto Sr. Nieto del solar, a 6 de julio de 1936, es de 575.263’20 ptas. para un solar de 4.256’79 m2
Será el día 16 de diciembre de 1938 cuando tenga lugar el acto de colocación de la primera piedra sobre una superficie cedida por el Ministerio de Hacienda, teniendo que acudirse al sistema de préstamo, en septiembre de 1940, como única vía para la realización de un edificio presupuestado ya en dos millones y medio de pesetas. 
Concluida la cimentación el 27 de marzo de 1943, habrá que esperar a la autorización del empleo de la estructura metálica —mayo de 1944— y a la recepción del hierro, para unas obras que habían sido adjudicadas a la empresa Construcciones Lamseal S.L. La demora ocasionada dará lugar a la búsqueda de una alternativa para la techumbre en hormigón armado, encargándose de ello el Ingeniero de Caminos D. Daniel Lambea. 
A lo largo de 1948, el Sr. Nieto seguirá completando su proyecto con la solería del salón de actos, la balaustrada de la escalera principal —de reminiscencias gaudinianas en el Palacio Güell—, etc. La jubilación del arquitecto, en octubre del mismo año, motivará su petición —aceptada a 26 noviembre 1948— de continuar al frente de las obras hasta su conclusión, a finales de 1949 —como consta en la placa interior del pórtico de acceso—, si bien la inauguración y bendición del edificio tendrá lugar el miércoles 29 de marzo de 1950. 
A dicha ceremonia no acudirá D. Enrique Nieto, tal vez, según palabras del Alcalde, Sr. Álvarez Claro, a la precipitación con que fué organizado el acto... a causa de tener que regresar a la Península los ilustres concertistas, acaso algunas de las invitaciones cursadas no hayan llegado oportunamente a su destino, lo que sinceramente lamenta (sic). 
La planta, es la de mayor movimiento que podemos contemplar en su obra —Plaza de España y calles Pablo Vallescá, General Macías y Duque de Almodóvar—, evidenciando los límites impositivos de sus trabajos entre medianerías. El repertorio decorativo se dará cita en una composición simétrica donde predomina el vocabulario Art déco. Así, se nos muestran los vanos quebrados y angulados en sus pisos, los placados de motivos vegetales esquematizados, la rejería de diseño geométrico abierto en abanico en su pórtico, los capiteles jónicos geométricos de su balconada central que acogen el escudo de la ciudad, en fin, todo un repertorio de formas que adquiere carta de naturaleza en la urbe. 
Lo más sobresaliente son las cúpulas gemelas bulbosas, de trencadís verdoso, sobre torretas prismáticas en su eje central y los cimborrios achaflanados que se corresponden con un antepecho corrido de fábrica donde sobresalen, a modo de pináculos, las pilastras gigantes coro- nadas por tres discos y líneas escalonadas verticales que los jalonan en idéntica cifra y tonalidad, a semejanza de la casa Muntaner 54 (Barcelona, 1930), proyecto de D. Juan Guardiola y D. Juan Gordillo, sobrino del Sr. Nieto, quién visitará la Ciudad Condal en junio de 1932, con motivo del funeral de su cuñado D. Fernando Gordillo Izquierdo. 
De los últimos proyectos ejecutados en el Palacio de la Asamblea, reseñar: el acondicionamiento de la UNED para el Servicio de Arquitectura, en junio de 1986, por el arquitecto municipal D. Fernando Moreno y, en 1995, la recuperación del color —texturas y calidades— de la fachadas del inmueble por el Gabinete del Color de Barcelona.


Salvador Gallego Aranda  - Enrique Nieto: Un paseo por su arquitectura

sábado, 21 de julio de 2018

Droguería Vicente Martínez

Con este inmueble, de ejecución paralela al anterior, concluye la relación de edificios, diseñados por el Sr. Nieto, ubicados en la «Manzana» del Barrio del General Gómez Jordana, que se completará, en el mismo quinquenio, con el proyecto de casa —c/ Lope de Vega, 4— del arquitecto D. José González Edo para el contratista D. Joaquín Burillo. 
Lo inconcreto del inicio del expediente de construcción viene motivado por la falta de precisión en las fuentes obtenidas de su expediente, no obstante, podemos casi aseverar, dada la señalización de los arbitrios para la edificación (1928) que el proyecto se remonta a finales de la década de los veinte, si bien, las obras no comenzarán hasta finales de 1931, concluyendo un año más tarde. 
Responde a lo anterior que el es
tilo empleado por el barcelonés venga a recordarnos presupuestos preexistentes a la concepción estilística empleada en un proyecto posterior como es el de su predio que, por otra parte, estará libre de cualquier tipo de condicionantes formales por parte de la propiedad. 
El edificio se compone de planta baja —fines comerciales— y tres pisos —viviendas—, accediéndose a los mismos por la calle Cardenal Cisneros. Junto al Sr. Nieto, colaborarán estrechamente en las obras el ebanista-carpintero D. Adolfo Hernández y el cerrajero D. José Palomo. De cuatro vanos por planta, la concepción estructural y estilística es idéntica para ambos paramentos, con la salvedad del número de luces contenidos en sus cierres centrales a los que, para la fachada principal —c/ García Cabrelles—, adicionará una más. 
Así, la textura de la planta baja queda condicionada horizontalmente, salvado el zócalo granulado, por las hendiduras dispuestas en una sucesión de platabandas que, a partir de los arcos —deprimidos— de las puertas, buscan otra dirección en la mímesis fingida de su dovelaje. La placa autográfica, de igual tipología que en los edificios colindantes, quedará ubicada en el lado de la pilastra angular más visible. 
Los dos primeros pisos quedan centrados por los cierres que arrancan y se rematan por un balaustre corrido, desarrollando, en sus miradores, todo un repertorio ornamental a base de pilares de capiteles compuestos, antepechos de secciones cilíndricas, festones y guirnaldas de rosas enlazadas por cintas y pinjantes latera- les, todo ello, bajo el reino de las tres bandas. 
En los tramos laterales, los vanos rebajados señalan su clave y exornan su intradós por medio de hojas expandidas y tallos ramificados que contrastan con los de la última planta, donde se dará primacía a una moldura con rosca de ovas y dardos, reflejo del cimacio de su cornisamiento.
El portalón de la entrada combina la madera con el hierro —en su tercio superior— con trazados curvilíneos. Los batientes de las hojas de acceso se adornan, a modo de dosel, con ramas de hojas pareadas que surgen de la rosa silvestre o de múltiples pétalos. 
Las pilastras acanaladas, definidoras de entrepaños, culminan en rostros femeninos alumbrados por la flor natural, cuyas alas desplegadas son fiel remate angelical a un pretendido torso tocado por estilizaciones vegetales. Es, para el arquitecto, uno de los últimos pasos en el sincretismo figurativo de unos elementos que empezarán a buscar la esquematización de sus formas. 
La empresa que se instala en sus bajos había sido fundada en 1914 —y estaba situada en la calle 18 de julio del Barrio del Real, así como sucursales de su «Droguería Modelo», en Alfonso XIII, 18, Polavieja, 7 y Padre Lerchundi, 6 y 8 (1929)— hasta su traslado al inmueble en cuestión, actualmente propiedad de Dña. Josefa Sanz Muñoz, viuda de D. José Martínez López —Presidente de la Cámara Oficial de Comercio (1968-1979)—. 
Años más tarde, concretamente a principios de julio de 1948, actuará de nuevo sobre el inmueble, con la redacción del proyecto para la construcción de una cubierta de cristal pisable con armadura de hierro, en el piso principal, al objeto de dar mayor amplitud al almacén y a la droguería ubicada en la planta baja. Posteriormente, a finales de 1983, se llevará a cabo un proyecto de rehabilitación por el arquitecto D. Juan Carlos César Romero. 
Asimismo, el empresario D. Ignacio Martínez Sanz nos informa de las obras de rehabilitación que se están llevando a cabo, desde julio de 2009, bajo la dirección del arquitecto D. Guillermo Remartínez, conservando la solería y el mobiliario diseñado en un pasado para el establecimiento, que, para nuestro deleite, se hace presente. 
Esta empresa colaborará, en la 
década de los noventa, con el pro
grama «Sácale color» —al ser la
 distribuidora de la marca Procolor—, que llevará a cabo el «Gabi
nete del Color» de Barcelona, bajo
 la dirección del arquitecto D. Joan
 Casadevall Serra, a través del Servi
cio de Rehabilitación de la vivienda
 de EMVISMESA y Akzo Nobel
 Coatings, para adecentar las fachadas
 del Ensanche, por medio de un estudio cromático de todos sus elementos (herrajes, carpintería y paramentos) y su aplicación posterior, gracias a los créditos blandos y subvenciones a fondo perdido ofrecidos por el Consistorio.

Salvador Gallego Aranda  - Enrique Nieto: Un paseo por su arquitectura

sábado, 14 de julio de 2018

Casa de Enrique Nieto

Con fachadas a las calles Pedro Antonio de Alarcón 4 —hoy Avda. Reyes Católicos— y Sor Josefina 2 —actual Lope de Vega—, se construye este inmueble, propiedad del arquitecto, que quedará ubicado en la, tan mencionada, «manzana» del Barrio Gómez Jordana. 
El proyecto, firmado por el Sr. Nieto en octubre de 1930, con una superficie aproximada de 270 my compuesto de cinco plantas —y habitaciones en la azotea— de distintas alturas, será autorizado en la sesión celebrada el 9 de abril de 1931 —visto el informe del técnico municipal cinco días antes—, por la Comisión Permanente del Excmo. Ayuntamiento. 
Su planta baja destinada, en un principio, a tiendas y vivienda, transformará esta
última función en usos comerciales, con la
reforma trazada a mediados de marzo del año siguiente (1932). En ella estarán: la cafetería «El Clavel de Oro», de D. José Sánchez Rueda (1932), «La Accitana» —Sastrería y Pañería (1935)— y el almacén de D. Francisco Marqués Domínguez (en su ppal. A, «Madame Adele» —Salón de Modés, 1934—). Con el cambio de propiedad, a favor de D. Juan López, ya en la década de los sesenta, el establecimiento de D. Samuel Cohén Benchimol —«pajas»—, la «Sastrería» de D. Sebastián Martínez Moreno y «La Meca de los Pantalones», siendo sustituida por la marca catalana «Pronovias» (23 julio 2006)—. Como anécdota, resaltar, en proyecto, la ubicación de un horno para dulces detrás de la caja de escalera, a pesar de la diabetes que sufría el arquitecto —el cual, con su familia, vivía en el entresuelo—. 
A los pisos superiores se accede a través de la escalera ubicada, frente a su entrada, en la Avenida Reyes Católicos. La planta tipo utilizada constará de tres viviendas, distribuyendo los cuartos y salones en la línea de fachada, y las cocinas y servicios en torno a los patios interiores. La planta de azotea acoge una estancia (marzo 1942) que se retranquea y se inserta, en su paramento principal, gracias al remate central del inmueble. 
Su fachada lateral —c/ Lope de Vega— se compone de cuatro vanos por planta, separados, verticalmente, por grandes pilastras acanaladas a partir de su segundo piso, cajeadas floralmente, en su último tramo, para rematarse, por medio de pináculos acordonados, de forma cuadrática, que se ramifican partiendo de un centro piramidal. 
Las luces de este paramento, al igual que las del principal, recercan su adintelamiento resaltando la clave —base de ménsula— y quebrando sus líneas en el último piso. Los vuelos de los balcones se configuran, en su ascenso, por figuras geométricas —triangulares y trapezoidales— que prolongan su diseño en las rejerías independientes de los pisos superiores y balaustres de fábrica del antepecho corrido de su primero e individualizados de su entresuelo.

De su fachada principal —Avda. Reyes Católicos— sobresale la situación de dos miradores intermedios que, partiendo del segundo piso e interrumpiendo su balconaje corrido, se elevan hasta la línea de cornisa. En él, destaca la traza empleada en su final, al utilizar ménsulas de cuerpos cilíndricos, decrecientes hacia el centro, cuya estructura escalonada se continúa en el balcón superior para rematarse, por medio de columnas, como pretil de azotea con placas de fronda.

Asimismo, debemos destacar: la cartela-firma del arquitecto —con el mismo diseño de las últimas analizadas—, las aldabas leoninas —con rostro infantil en su llamador— del portalón diseñado a plomo, por medio de líneas verticales, con franjas diagonales y composición piramidal tubular de diseño déco, en sus extremos lignarios, así como la forja, en el tercio superior, desde donde se vislumbran las molduras esquemáticas del portal y su plafón. 
Partiendo, pues, del secesionismo vienés de los grandes edificios anteriores, asimila el repertorio formal del Art déco —surgido en gran medida del modernismo más racionalizador o geométrico— y lo introduce en su fisonomía, a través de elementos estructurales y de exorno que, a partir de estos momentos, empezarán a ser habituales en su lenguaje arquitectónico. 
Será en el diseño de este inmueble, en el que colabora el taller mecánico de carpintería y ebanistería de D. Herminio Pérez Sánchez, donde el Sr. Nieto nos demuestra el afianzamiento de un estilo personalizado, y nos deja atisbar una evolución constante que desembocará en futuros trazados de composición racionalista. Asimismo, su firme convicción de que su estancia en Melilla, una vez conseguido el cargo de Arquitecto Municipal —nombramiento 22 enero 1931—, será ya definitiva. 
Como nota curiosa hay que destacar que, el 29 de septiembre de 1937, tres inquilinos (D. Teodoro Lopátegui Sánchez —2º A— Jefe de Negociado de Correos, D. Venancio López Muñoz —1º A— y D. Vicente García Sarboni —ppal B—, comerciantes) instarán al Alcalde Presidente de la Comisión Gestora Municipal, rogando que se les revise la cuantía efectiva del recibo de su inquilinato en dicho inmueble, acogiéndose al artículo 15 del Bando publicado por el Gobernador General con fecha 27 de julio del mismo año, sobre tasaciones de las viviendas urbanas en Melilla. Los vecinos, al unísono, nos relatan: Otra advertencia es que el citado Sr. Nieto no admitió discusión y el firmante ha tenido que pagarle la valoración hecha por él, aun siendo injusta a todas luces (sic).


Salvador Gallego Aranda  - Enrique Nieto: Un paseo por su arquitectura

sábado, 7 de julio de 2018

Cine Nacional (Teatro Kursaal)

Los solares sobre los que hoy se asienta el Cine Nacional —190, 191 y 192 del Barrio Reina Victoria— quedarán desiertos en las licitaciones de 1910, debido a su desfavorable ubicación con respecto a la arteria principal de la urbe —actual Avda. de Juan Carlos I Rey—. Dos años más tarde, y de forma provisional, se cederán en usufructo a D. Isidro Ribas Pujol y D. Antonio Carbonell Pages, para la instalación de un skating rink (pista de patinaje)-bar y cinematógrafo. 
Proyectado por el Sr. Nieto, con fecha 25 de septiembre de 1912, será autorizada su construcción el día 8 del mes siguiente, siendo concluido, a finales del mismo año, con la denominación de «Salón de Recreo Kursaal» —patinaje, atracciones, deporte y café— y dedicando la función de apertura á beneficio de la Comisión Central de la Cruz Roja Española de esta Plaza (sic), cuya inauguración tendrá lugar el 23 de diciembre de 1912. 
Este barracón de madera con carpintería interior de diseño vienés, dará paso al trazado pétreo que dignificará su estilo, en el proyecto de «Cine Kursaal» que redacte, en diciembre de 1929, el arquitecto barcelonés para el empresario D. Rafael Rico Albert —y Sr. Rojo—. Los planos, informados favorablemente por el arquitecto municipal Sr. Jalvo y revisados por la Comisión Visitadora de Espectáculos Públicos —4 febrero 1930—, serán autorizados por la Comisión Permanente de la Junta Municipal, en sesión de 20 de febrero de 1930, comenzándose el derribo del anterior «Salón Kursaal» el 19 de mayo del mismo año. 
No llega a diez meses el tiempo de ejecución de las obras, en las que participarán activamente, bajo la dirección del Sr. Nieto, el contratista D. Pedro Martínez Rosas, los talleres de escultura y ornamentación de D. Vicente Maeso y de carpintería y ebanistería de D. Adolfo Hernández, que se inaugurarán el 31 de octubre de 1930. 
Cinco años más tarde —noviembre de 1934—, bajo el trazado del arquitecto, se procederá a completar las instalaciones de exhibición existentes, con la construcción de un escenario que permita la representación, en su caso, de funciones teatrales. Las obras se desarrollan en el solar 190, que linda con la Cámara Oficial de Comercio, y que sería solicitado —8 febrero 1915— por su presidente Sr. Vallescá, para la ampliación del Museo Comercial —instalado en los bajos del 189—. 
El «Teatro Kursaal» quedará constituido por tres plantas —800 y 400 butacas—, situando su ingreso en la calle Cándido Lobera —con las taquillas a los lados—, por donde se accederá al vestíbulo que dará paso, directamente, al patio —con final en el proscenio y orquesta— y, por las escaleras laterales, a los anfiteatros superiores. 
En el primer piso se instalará, hasta la construcción del escenario, la cabina, con entradas laterales al anfiteatro que situará, en sus brazos extremos, la línea de palcos. Su antesala cobijará el foyer —vestíbulo—, los servicios y, separado por rejería central, el «ojo de patio» que ofrecerá la visual del recibidor de su planta baja. El segundo anfiteatro, de igual distribución, albergará la contaduría y dará fin, en su superficie central, a la visión del foyer inferior. 
De su fachada principal, destaca el gran ventanal abalaustrado de la sección central con terminación curvilínea, donde quedaba cobijado, entre estrellas, el nombre de «Cine Kursaal». A sus lados, pilastrones con acanaladuras geométricas, círculos y estilizaciones vegetales, rematados en los piramidiones centrales —hoy desaparecidos— de su cornisamiento. 
Señalar, también, las enormes molduras de las puertas —junto a la de la derecha se asienta la cartela—, que relacionan los dos primeros pisos, así como la unión del recercado para las luces de las plantas superiores. Su composición recuerda a la elaborada para el «Teatro Apolo-cine Losada» —en la calle Paz Novoa, Orense—, en febrero de 1926, por el arquitecto D. José Antonio Lorenzo Vargas —inaugurado en 1928—. 
La fachada lateral muestra el primer proyecto en
 su tramo inicial, y la ampliación subsiguiente, en el
 posterior, compensando su fisonomía apaisada, en la
verticalidad de sus elementos estructurales, que permite 
definirlo dentro de la tipología de los nuevos «Templos oscuros» del siglo XX. 
A las reformas llevadas a cabo, del 20 de junio al 27 de octubre de 1951, le sucede, después de la realizada en 1969, actualmente, el Proyecto de Ejecución de las Obras de Ampliación, Remodelación y Restauración del Teatro «Kursaal-Nacional» de Melilla, del arquitecto Dr. D. Rafael García Diéguez —planimetría a 8 de enero y memoria técnica en marzo de 2008—, con un presupuesto de 6.418.738’94 euros, promovido por la Consejería de Fomento de la Ciudad Autónoma, una vez adquirido el inmueble a su último propietario D. José Pérez Hurtado y adjudicadas a la empresa almeriense Jarquil. 
La polémica política y técnica, de su adquisición y reforma, se ha visto aliñada con la aparición de restos humanos —octubre 2009—, finalmente, como nos informa el periodista Alfonso Núñez, en palabras del Sr. Marín, «sin interés arqueológico».

Salvador Gallego Aranda  - Enrique Nieto: Un paseo por su arquitectura

Quizás te interese

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...