sábado, 28 de febrero de 2015

El parque Cándido Lobera

Cascadas del Parque Lobera
Las soleadas laderas de Ataque Seco en los inicios del siglo XX se poblaron de cuadras, chabolas y barracas, algunas de ellas adosadas a las murallas del cuarto recinto, levantadas por las avalanchas de inmigrantes sin recursos económicos que llegaban a Melilla. Por el mal efecto que producían, en una zona tan céntrica, a melillenses y visitantes foráneos, y para evitar los arrastres de tierras y basuras que las lluvias torrenciales transportaban a las calles del nuevo centro, la Junta de Arbitrios decidió la construcción en el lugar de un parque público que cambiara la fisonomía de esa zona de la ciudad. Las obras se iniciaron en 1927, continuándose en la etapa republicana, en lo que hasta entonces era conocido como pedregal de Ataque Seco, inaugurándose inicialmente con el nombre de "Conde de Jordana", en honor del que fue Comandante General de Melilla de 1913 a 1915. Pronto, a instancias de las nuevas autoridades, fue cambiada esa denominación por la actual de "Parque Lobera", en homenaje al verdadero impulsor de la obra, D. Cándido Lobera Gilera, militar, periodista, profesor y político, primer Presidente de la Asociación de la Prensa Melillense nacida en 1913, propietario, fundador en 1902 y director de El Telegrama del Rif, y primer Presidente no militar de la Junta Municipal desde marzo de 1928 hasta la constitución del Ayuntamiento republicano en abril de 1931.

Quiosco de música
El Parque Lobera, de unas 2 hectáreas de superficie y céntrico como el Parque Hernández, linda por su lado occidental con los barrios del Carmen y Ataque Seco, y se sitúan en un terreno en pendiente que culmina en la zona del Parador Nacional de Turismo, que se levantó al comienzo de los 70 sobre terrenos del parque, que así perdió algo de su superficie. En la parte baja había ocurrido lo mismo con la construcción a mediados de los años 60 del Auditorium Carvajal. La remodelación de 1978 le dio el aspecto actual, con esculturas del artista local Rafael Picazo, jaulas con pájaros autóctonos y tropicales, estanque de patos, templete de música, escalinatas, cascadas, puentes y bancales a distintas alturas.
 
Arboleda de pinos
La base de la vegetación la forma actualmente la antigua arboleda a base de "pinos carrascos" y "casuarinas", con algunos ejemplares aislados de otras especies, como varias "acacias" y un "algarrobo". El resto es más moderno y se ha ido introduciendo a través de los ochenta años de historia del parque, destacando las plantas trepadoras que adornan la verja exterior y algunas herbáceas que enmarcan lo que es sin duda lo más bello de este recinto, el estanque con cascadas que parte de la plazoleta circular central y termina en la puerta principal que da a la Avenida Cándido Lobera. En total unas 40 especies de plantas leñosas y algunas herbáceas en un agradable y coqueto espacio verde con el que, sin embargo, la población melillense nunca ha llegado a conectar por completo, quizás por la pendiente que hay que superar para acceder a él.

Caseta y estaque de patos
El parque Lobera se convierte hoy en un lugar lleno de paz y sosiego, donde el sonido de los pájaros y la cascada de agua, lo envuelve todo. 

Fuentes

Fuente


Estatuas

Parque infantil

Caminos llenos de paz y sosiego

Estatuas

Remanso de paz

Reflexionando

Bosque dentro del parque

Estatua

Luces y sombras

Pinos, acacias...

Caminos para relajarse

El sonido de la fuente lo único que se oye

Un lugar privilegiado en el centro de Melilla

2 comentarios:

  1. Siempre fue mi parque preferido cuando iba a Melilla. Allí iba muchos días a jugar y a disfrutar de sus fuentes. ¡Qué triste se ve mi querido parque, tan vacío!

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  2. El parque en si no esta nada mal, pero el personal que trabaja allí es decepcionante. A las 8 de la mañana, todos los días empezaban a gritar entre ellos como si estuvieron en un bosque y ponían en marcha una cierra eléctrica para cortar ramas, que durante 20-30 min hacia un ruido horrible en un radio de al menos un kilometro. En los apartamentos enfrente del parque era imposible dormir y todo esto en agosto y también en plena semana de la feria, cuando la gente se trasnochen. Tenias que levantarte si o si, y algunas veces vi desde mi terraza que hombres simplemente andaban con cierra encendida sin cortar nada. Tampoco lo entiendo como podían hacer esto todos los días! (estuve 20 días allí) Lo considero como falta de respeto hacia turistas y visitantes de la ciudad y una mala gestión del ayuntamiento.

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