Calle Cardenal Cisneros (Foto J.L. Barroso) |
Vamos a recorrer algunas calles de nuestra Ciudad de Melilla, y mientras repasamos la historia del nombre, conoceremos también sus edificios y curiosidades históricas. Comenzamos pues.
El Cardenal Cisneros nació en Torrelaguna en 1436, hijo de hidalgos pobres. Posiblemente fue enviado a la cercana villa de Alcalá de Henares en su adolescencia a hacer estudios de gramática; los continuó en el Colegio Mayor de San Bartolomé en Salamanca; de allí pasó a Roma en donde fue ordenado sacerdote.
Tras el fallecimiento de su padre, regresa a España y consigue el arciprestazgo de Úbeda, enfrentándose con el arzobispo de Toledo, lo que significó el encarcelamiento de don Gonzalo por el arzobispo Carrillo durante algunos años. A pesar de su reclusión, Cisneros no renunció a su cargo, en el que fue mantenido por el cardenal González de Mendoza, aunque el encierro debió de durar poco tiempo según se deduce en algunas biografías, pues poco después, en 1478, Cisneros era capellán mayor de la catedral de Sigüenza.
Calle Cardenal Cisneros (Foto J.L. Barroso |
Sufrió una profunda crisis espiritual que le llevó a entrar en la orden de los franciscanos; fue entonces cuando sustituyó su nombre de Gonzalo por el de Francisco en honor a San Francisco de Asís. Se encerró en el convento de la Salceda y durante siete años llevó una vida monacal.
De allí lo sacó la Reina Isabel (Isabel la Católica) en el año 1492, tras convencerle de que aceptara ser su confesor, siguiendo los consejos del entonces arzobispo de Toledo, el cardenal González de Mendoza, primer protector de Cisneros.
Fue nombrado provincial de la orden franciscana y acometió en ella una profunda reforma; más tarde reformó el clero secular.
A la muerte del cardenal Mendoza en 1495, fue nombrado arzobispo de Toledo, lo que en la baja edad media era ostentar el mayor poder tras La Corona, al ser Primado de España.
Calle Cardenal Cisneros (Foto J.L. Barroso) |
Isabel la Católica tuvo en Cisneros no sólo un confesor, también un consejero. Al morir la reina, Juana la loca y su esposo Felipe de Habsburgo fueron nombrados reyes de Castilla. Tras la repentina muerte de Felipe I, su viuda dio muestras de demencia, por lo que Cisneros asumió la regencia hasta que Fernando el Católico regresara de Nápoles para hacerse cargo del gobierno de Castilla. Fernando, agradecido, consiguió para Cisneros el capelo cardenalicio. En la etapa posterior, Cisneros desempeñó un papel importante en la conquista de Orán, al igual que en los tiempos de Isabel la Católica había participado de manera activa en la conquista de Granada.
Muerto Fernando el Católico, asumió la regencia por segunda vez hasta que el joven príncipe Carlos, que se encontraba entonces en Flandes, viniera a España para ocupar el trono. En esta etapa Cisneros, que contaba ya con ochenta años, dio muestras de unas dotes políticas y una habilidad para gobernar extraordinarias. Supo hacer frente a unos nobles ávidos de recuperar el poder perdido, así como a las intrigas de los que pretendían sustituir en el trono español a Carlos por su hermano Fernando, que había sido educado en España por Fernando el Católico.
Calle Cardenal Cisneros (Foto J.L. Barroso |
Cisneros murió envenenado mediante la ingestión de una trucha en Roa cuando se dirigía a recibir al futuro Carlos I de España.
Durante su vida participó, en mayor o menor medida, en todo lo que se hizo durante el reinado de los Reyes Católicos y contribuyó de forma decisiva a la configuración del nuevo estado. Reformó la vida religiosa que había caído en una gran relajación moral y una variedad intelectual. Supo ver que toda renovación empezaba por la educación y, sin ser un erudito, fundó en Alcalá de Henares una de las instituciones que más ha influido en la cultura española: la Universidad Complutense.
La universidad fue fundada en el año 1499 a partir del antiguo Studium General de Alcalá de Henares, del que Cisneros fue alumno. La Universidad Complutense fue la primera universidad renacentista, humanista y universal. Cisneros fue consciente de la transcendencia de su fundación y no escatimó esfuerzos para dotar a su Colegio del marco urbanístico adecuado, de una buena financiación y de los mejores maestros de la época, por lo que la vida de Alcalá de Henares se vio enormemente beneficiada con ello. La primera piedra del edificio que lo albergaría la puso Cisneros el 14 de marzo de 1501; en 1508 comenzaron las clases y en 1510 dotó a su fundación de unas Constituciones. Cisneros dotó a la nueva Universidad de Alcalá con una magnífica biblioteca, donde un elevado porcentaje de libros versaba sobre ciencias naturales.
Calle Cardenal Cisneros (Foto J.L. Barroso |
Además sustituyó el deteriorado templo medieval de San Justo por un bello edificio gótico. Se trata de la Iglesia Magistral de Alcalá de Henares (actualmente Catedral Magistral) situada en pleno centro de la ciudad, en la que se encuentra actualmente enterrado. No obstante, su rica sepultura obra de Domenico Fancelli se encuentra hoy día en la capilla de San Ildefonso, adscrita al antiguo Colegio Mayor del mismo nombre.
La calle Cardenal Cisneros es una de las perpendiculares que comienza en García Cabrelles y finaliza en Gabriel de Morales. En la esquina con García Cabrelles se encontraría la famosa tienda de Vicente Martínez. Al final nos toparíamos directamente con la Delegación de Defensa. Hacia la mitad de la calle tendríamos uno de los laterales de la UNED. Al comienzo de la calle se encontraba el Colegio San Isidoro, desaparecido a principios de los años 90.
* Información extraída en parte del libro "Historia de Melilla a través de sus calles y barrios", publicado por la Asociación de Estudios Melillenses.
Calle Cardenal Cisneros (Foto J.L. Barroso) |
Calle Cardenal Cisneros (Foto J. L. Barroso) |
Calle Cardenal Cisneros |
Calle Cardenal Cisneros |
Calle Cardenal Cisneros - Fachada de la UNED |
Calle Cardenal Cisneros |
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