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Desembocadura del Río de Oro |
El clima de Melilla es templado, de tipo mediterráneo, perteneciente al subtipo semiárido. Las horas de sol anuales son muy elevadas, 2.500 horas. La temperatura media es algo superior a 18º, las máximas pueden superar los 40º y las mínimas se sitúan entre 3º y 6º, siendo excepcionales las heladas. Las precipitaciones anuales medias son inferiores a 400 litros, y se concentran en invierno y primavera. El régimen de vientos es importante, con predominio de levantes y ponientes que alcanzan rachas máximas de 133 km/h.
Los mejores suelos de Melilla se presentan en las terrazas aluviales de los ríos, especialmente en el río de Oro y en el Real por los arrastres de las laderas del Gurugú depositadas en Melilla. El resto del territorio, sometido a una fuerte erosión, presenta suelos pobres (litorales y regostes) y en los terrenos forestales de pinos aparecen rendzinas.
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Acondicionado del Río Nano |
En cuanto a las formaciones vegetales, existen especies indicadoras más o menos degradadas del típico encina mediterráneo, que se perdió hace siglos. En cambio subsisten árboles autóctonos pertenecientes al piso termocálido mediterráneo formadas por arares, algarrobos e higueras, acompañado de vegetación arbustiva de lenitivos, lavandas, aceches y whitanias, con aparición puntual de palmitos. ya hemos señalados que los pinares fueron introducidos entre 1931 y 1935. Aparecen igualmente restos de barrigas, con una rica representación de cistáceas (jaras y jarillas) y labradas (tomillos). Los peores suelos o litorales, como en la explanada de Rostrogordo, están ocupados por varitas de San José o asfodelos constituyendo pseudoestepas de gamones. En lugares que reciben influencia marina, en los acantilados, aparecen formaciones abusivas interesantes de carácter galófilo, llamadas así por la capacidad de aguantar las sales marinas de los vientos y suelos. En las orillas de los cauces aparece vegetación de ribera formada por adelfas y trajes. Las huertas abandonadas del Real, en las proximidades del Barrio Chino, han dado paso a la colonización de azufaifos y euforias y por todos sitios, en bordes de caminos y solares, aparece la típica vegetación nitrófila de suelos contaminados.
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Los Pinos |
Se trata de una vegetación en mosaico, producto de sucesivas etapas de degradación en donde se mezclan restos de los antiguos bosques y del matorral que lo sustituyó, con especies especializadas e invasiones de "malas hierbas". El estado de conservación general de la vegetación no es muy esperanzador, aunque en la zona norte, especialmente en los acantilados Aguadú y en el barranco del Nano, se presentan restos de vegetación autóctona que, bien gestionadas, permitirán técnicamente la recuperación de suelos y vegetación endémica, lo que da paso a la esperanza.
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Río de Oro |
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Pinos y Adelfas |
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Pinos de Rostrogordo |
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Higueras |
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