Melilla La Vieja |
El conjunto de Melilla la Vieja
se compone de cuatro recintos separados por sus correspondientes fosos.
El origen de estos recintos hay
que encontrarlo en la factoría de Rusadir que establecieron los fenicios en el
siglo III A.C., que pasó a manos cartaginesas, y después a las de Roma, que en
el siglo I D.C. la fortalecen, concediéndole el rango de colonia y puerto en
tiempos del emperador Claudio.
El conjunto monumental de Melilla
la Vieja, o "Pueblo", como popular y cariñosamente la llaman los
melillenses, se compone de cuatro recintos separados por un foso a cortadura,
los tres primeros construidos sobre el peñón calcáreo que se interna en el mar
rodeado de murallas y torres levantadas entre los siglos XVI y XVIII. El último
de los recintos, el cuarto, se encuentra muy deteriorado; destacan sus murallas
en el Parque Lobera y a espaldas del Parador Nacional de Turismo sus fuertes
del Rosario y las Victorias desde donde se disparó el cañón que determinó los
actuales límites de Melilla, actualmente conocido como la Plaza de los Carros.
Fuerte de las Victorias |
Tercer Recinto: A espaldas del Hotel Ánfora, en pleno centro de la ciudad está situada
la Melilla del siglo XIX formada por los pequeños barrios del Fuerte de San
Miguel, San Carlos, la Alcazaba (desaparecida) y el Mantelete, donde está la
plaza de las Culturas, en la que existe la zona de aparcamientos. En ella se
puede contemplar una panorámica sobre el foso de los Cameras y el frente
abaluartado del tercer recinto amurallado de Melilla la Vieja que data del
siglo XVIII.
Al pasar a través del túnel de
San Fernando, situado en la muralla de la Falsa Braga, desembocamos en el Foso
del Hornabeque, creado en el siglo XVII por el Capitán de Ingenieros Juan
Martín Zermeño para separar el segundo y el tercer recinto defensivo.
Foso de Hornabeque |
El camino discurre bajo los arcos
del puente del mismo nombre que el foso. Ya en el puente y a su espalda se
observa los elementos que componen el tercer recinto: Torre de la Alafia o
Cinco Palabras, Cuartel de San Fernando, Baluarte de San Fernando, y Falsa
Braga, en la cimentación rocosa de las murallas del segundo recinto unos huecos
en forma de taza invertida utilizados como graneros que denotan la Melilla
Prehispánica.
Antes de pasar el puente levadizo
y de izquierda a derecha veremos: el Baluarte de San Pedro, la Cortina de
Hornabeque y el Baluarte de San José, en la cortina está el túnel del mismo
nombre y sobre él una lápida nos recuerda el "Suceso del Morabito"
hecho que ocurrió en la Alafia antes de construir el Hornabeque y que narró
Juan Ruiz de Alarcón en "La Manganilla de Melilla".
Plaza de Armas |
Segundo Recinto: Tras pasar el túnel de Hornabeque, se llega a la Plaza de Armas y se
descubre una espléndida vista de la Muralla Real de la Ciudadela, perteneciente
al siglo XVI. La Plaza de Armas, hoy ajardinada, era hasta 1906 el Presidio
de Melilla, lugar donde cumplían condena los desterrados, penados y
confinados políticos.
En épocas de grave peligro armado
para la Plaza estos condenados contribuyeron muy eficazmente, incluso en las
armas, en la defensa de la ciudad. A la derecha de la plaza, cerca de los
antiguos emplazamientos de los cañones de la batería en dientes de sierra, está
situado el monumento a Carlos Ramírez de Arellano, gobernador de la ciudad,
muerto en 1646 en una emboscada.
Al fondo de la plaza, a la
izquierda, unas escaleras conducen a una terraza que en su interior estaban los
calabozos del Presidio y desde la cual se puede contemplar la Ensenada de los
Galápagos. Así como el Foso de Santiago, de origen púnico y terminado en época
hispana, que separa el segundo y primer recinto. En el extremo opuesto del foso
hay un muro sobre arco ovalado que contiene en su interior una galería de
comunicación con los fuertes exteriores.
Puerta de Santiago |
Para superar el foso está el
puente levadizo que da acceso a la Puerta de Santiago por la que se accede al
primer recinto histórico.
Primer Recinto: La Puerta de Santiago flanqueada por los torreones Desmochado y Beatas
con capacidad artillería y casamata en su interior, es el monumento más genuino
y representativo de Melilla la Vieja. Construido por el Capitán de Artillería
Miguel de Perea en 1551 tiene sobre su arco el escudo de armas del Emperador
Carlos I.
Tras la monumental puerta
aparece en su interior la entrada a los torreones, el cuerpo de guardia la
escalera de su terraza y la salida al antiguo foso, hoy Plaza de la
Avanzadilla, del antiguo cuerpo de guardia que controlaba el acceso a la
Ciudadela. A continuación, se pasa por la minúscula Capilla de Santiago, con
bóveda gótica, única muestra del gótico religioso en África.
Al final del túnel de Santa Ana
se desemboca sobre la Plaza de la Maestranza, a la izquierda la obra maestra de
los canteros renacentistas en Melilla: los aljibes. Aún se pueden ver en las
piedras los signos o marcas de los maestros canteros.
Plaza de la Maestranza |
Al fondo de la plaza se suben
algunos peldaños de la escalera situada a la izquierda y ya en la parte alta,
llamada Plaza de los Aljibes, aparece en primer término, la antigua Casa del
Alcalde- Gobernador, y junto a ellas, la Torre del Reloj o de la Vela en la que
el sonido de su campana señalaba la alerta de la Ciudadela.
Hoy este edificio alberga el
Museo Municipal; desde éste se accede a la Batería Real y las torres de las
Ampolletas, al asomarse a la muralla de la Ampolleta Nueva, se contemplan el
puerto pesquero, los recintos históricos, toda la ciudad y el Gurugú al fondo.
A la derecha de la plaza, se sube por la pendiente de la calle de San Miguel
hasta llegar, tras el arco, a la plazuela de la iglesia.
Iglesia de la Purísima |
La iglesia de la Purísima
Concepción fue construida en el siglo XVII sobre los cimientos de la de San
Miguel. Es la más antigua de la ciudad; aunque de fachada simple, en su
interior, de tres naves, destacan los altares y retablos barrocos. Sobre el
retablo del Altar Mayor, en el camarín: Nuestra Señora la Virgen de la Victoria
(siglo XVI), Patrona coronada de la ciudad. Resaltar, a la izquierda, según se
entra, la pila bautismal, del siglo XVI, y el Cristo de la Vera Cruz (de fines
del siglo XV).
Cuando se sale de la iglesia, a
la derecha, se atraviesa un callejón hasta llegar a la Batería de la Muralla
Real.
Si se continúa con el ascenso de
la cuesta, al asomarse por las murallas, se contempla abajo la Ensenada de los
Galápagos y, al frente, el tercer y cuarto recinto, donde destaca el fuerte de
Victoria Grande dominando la colina.
Baluarte de la Concepción |
Al final de la cuesta se
encuentra el Baluarte de la Concepción, la obra más antigua del conjunto
amurallado, de fines del siglo XV. Hasta hace unos años albergaba el Museo
Municipal y hoy en día se ubica allí la Escuela Taller.
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