Ciudad Vieja de Melilla fortificada |
Continuando
con nuestro pequeño recorrido histórico, llegamos a 1497, cuando al duque de
Medina Sidonia, los Reyes Católicos le encomiendan la ocupación de Melilla.
Pedro de Estopiñán, que era contado mayor de la Casa de Guzmán, viajó hasta
allí y pudo comprobar que la población musulmana había abandonado la ciudad y
las murallas y baluarte de defensa se habían destruido para que no pudieran
servir a los nuevos ocupantes. Muy sigilosamente, Estopiñán preparó un ejército
de 5.000 peones, con algunas fuerzas de caballería y los embarcó en las naves
que se preparaban para el tercer viaje de Colón, que por lo tanto hubo de ser
demorado por esta causa. Añadió a la expedición gran cantidad de víveres,
pertrechos, cal y materiales de construcción.
En la noche del
17 al 18 de septiembre de 1497 los soldados desembarcaron sigilosamente en la
península que constituye la vieja Melilla. Estaba absolutamente vacía. Sin
esperar a que amaneciese comenzaron a construir un entramado de madera que les
sirviera de resguardo. Los musulmanes trataron de reaccionar, pero era
demasiado tarde: con la piedra procedente del desmantelamiento de la anterior
muralla y los materiales traídos en los barcos españoles levantaron defensas y
repelieron con facilidad el ataque: dueños del mar, tampoco podían ser dominado
por medio de un asedio. Recurriendo a términos del derecho romano los monarcas
españoles afirmaron que se trataba de una ocupación sin dueño anterior. Pues
los emires de Fez la habían abandonado.
Isabel y Fernando
concedieron mucha importancia a Melilla. Cuando se produjo la muerte del
infante don Juan, ordenaron al duque de Medina Sidonia que no acudiera a la
Corte, porque su ausencia podía poner en peligro la Plaza. Ésta quedó
incorporada al patrimonio de la Corona y no al señorío de la Casa de Guzmán;
por eso hubo de ser compensado de los gastos que en la empresa asumiera. Los
musulmanes intentaron, en noviembre de 1497, un ataque, pero fueron rechazados
y no repitieron el intento. Desde entonces, hasta hoy, Melilla ha permanecido
dentro de los límites territoriales españoles sin solución de continuidad.
Mantener
Melilla supuso fortificarla desde el primer momento, y fortificarla frente a un
enemigo distinto al de otras fronteras, que era el norteafricano, no un gran
ejército armado de artillería. Melilla es una fortificación que protege una
pequeña población, en la que se instala una guarnición o presidio para proteger
una frontera.
Las luchas
fueron continuas con el sultán, cediendo o ganando terreno constantemente.
Definitivamente, en 1859 se firmaba un convenio con el sultán, para la
ampliación de los términos jurisdiccionales de Melilla, que quedó pendiente de
ratificación, y en esta situación se estaba cuando dio comienzo la llamada
Campaña de Tetuán.
La ciudad, tal
y como la conocemos hoy, tiene forma de abanico. Un cañón llamado “El
Caminante”, dispara y su alcance máximo es de 2 kilómetros 900 metros. El
alcance de ese cañonazo, se usa como radio de ese abanico, que dibuja una línea
con la que se traza la frontera. Esto se acuerda a principios del siglo XIX, y
desde entonces se mantiene hasta ahora. Lo que hay dentro es una ciudad atípica
y netamente fronteriza. El mapa sobre el que se estableció la frontera, aún se
conserva.
El
establecimiento del protectorado de Marruecos tuvo efectos muy positivos en la
economía de la ciudad, que se convirtió en la capital económica de la parte
oriental. La explotación de las minas del Rif propició el desarrollo de una
industria derivada de éstas y el tráfico de mercancías y la pesca aumentaron
junto con los beneficios derivados del aprovisionamiento del ejército.
Fue en Melilla
donde se produjeron los primeros acontecimiento de la sublevación militar de
1936 contra la II República y que daría lugar a la Guerra Civil y el
establecimiento del régimen franquista.
El Gobierno
español reconoció la soberanía de todo Marruecos, comprometiéndose a respetar
la unidad territorial del reino. En este reconocimiento oficial es en el que se
basan las reclamaciones territoriales de Marruecos sobre Melilla y Ceuta.
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